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Foto Verónica Castrejón |
*Así lo informaron los artesanos/comerciantes a los que pretenden desalojar de ese sitio
*Les dio esa información el delegado regional de Gobernación, Osiel Morales Nava
Nos quieren desalojar sin escucharnos", denuncian y piden mesa de diálogo a la gobernadora
/Verónica CASTREJÓN ROMÁN
Acapulco; Guerrero, 21 de enero de 2024. El predio de la Casa de
Cultura de Acapulco fue donado por el gobierno estatal al federal, desde un mes
antes de que el secretario de Defensa, Luis Crescencio Sandoval González,
anunciara la creación de un cuartel de la Guardia Nacional en ese lugar.
Con ese argumento, el delegado
regional de Gobernación, Osiel Morales Nava, antes de las vacaciones de
diciembre, vistió a los
comerciantes/artesanos que tienen un tianguis de artesanías en la Casa de la
Cultura, y los conminó a desalojar el área al otro día.
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Foto Verónica Castrejón |
“Llegó este señor de la
Secretaría General de Gobierno y nos dijo que el gobierno del estado había
donado este predio al gobierno federal y que nos teníamos que ir ya, porque la
gobernadora tenía que entregar el predio al gobierno federal”, informó la líder
del Comité de Artesanos de la Casa de la Cultura del Alto Balsas, María
Guadalupe Yépez:
“¡¿La gobernadora?!”, dice que
sorprendida le preguntó; “y me dijo que sí y que ya nos fuéramos”, pero ellos,
los integrantes de las 7 familias que viven de la elaboración y venta de
artesanías y suvenires en el tianguis de la Casa de la Cultura, decidieron que
no se moverán así como así, y piden un diálogo con la gobernadora o con quien
pide su remoción del lugar.
Mará Guadalupe Yépez agregó que
eso fue en diciembre; se fue y ya no regresaron hasta entre 15 o 20 días
después, ya a principios de enero, con un abogado que está con la secretaria de
Cultura del estado, Aída (Aída Melina Martínez Rebolledo), no sé cuál sea el
nombre del abogado, pero llegó y nos dijo”mañana se van porque va a empezar a
remodelarse aquí”. No le hicimos caso y nos quedamos, hicimos caso omiso,
señaló.
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Foto Verónica Castrejón |
Arlette Vargas, hija de la
dirigente, terció en la entrevista y recalcó que ese tianguis es su única
fuente de trabajo, de la cual dependen 7 jefes de familia: 5 mujeres, de las
cuales, una es madre sola, tres son de la tercera edad y una es viuda, así como
dos hombres que deben sostener económicamente a 40 personas, por lo que lamentó
que en momentos tan críticos para las familias de Acapulco, pretendan
despojarlas de su única fuente de trabajo, “cuando después del OTIS no hay
empleo y los hoteles están cerrando”.
Por eso, dijo, llama a la sensibilidad de la gobernadora, para que
promueva una mesa de diálogo; “porque desde diciembre que nos vino a ordenar
que nos fuéramos el señor Osiel Nava (Ozsiel Morales Nava), y desde que en
enero el general de la SEDENA anunció que aquí se instalaría un cuartel de la
Guardia Nacional, no nos han dicho nada; nadie viene a platicar con nosotros y
así no, no nos vamos a salir”, advirtió.
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Foto tomada de la red |
Argumentó que tienen más de 30
años de trabajo en ese espacio, luego de que la finada y ex directora de la
Casa de Cultura, Eloína López Cano invitara “al señor Emilio y a su esposa” a
poner la venta de artesanías ahí, y donde después llegaron más
comerciantes/artesanos, hasta sumar las 7 familias a las que ahora pretenden
desalojar.
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Foto de archivo proporcionada por la hoy finada Eloína López Cano |
Tanto María Guadalupe, como
Arlette recalcaron que no se pretenden dueños del espacio, reconocieron que no
tienen ningún documento legal que avale su ocupación en esa área, pero
argumentaron que las mismas autoridades, todo este tiempo, han interactuado con
ellos sin contratiempos, “salvo cuando el exgobernador, Zeferino Torreblanca,
pretendió vender el predio de la Casa de Cultura a Carlos Slim”.
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Foto tomada de la red |
Arlette comentó que fueron ellos
los que iniciaron la oposición a esa venta”que afortunadamente no se hizo por
la presión social que después se desató”; además, informó que incluso, las
mismas autoridades les ayudaron a gestionar contratos de luz a su nombre, a fin
de que ellos pagaran la energía eléctrica que consumen.
“Porque si algo no les ha
importado a los gobernadores ni a nadie,
es la cultura; esa casa no tiene
presupuesto ni para su mantenimiento; por eso cobraron un tiempo el estacionamiento
a 80 pesos, es entendible”, comentó.
Dijo no tener nada en contra de
la Guardia Nacional, pero como ciudadana, también opina que es inadecuado que
instalen ahí un cuartel pues es un espacio al que acuden niños.
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Foto Verónica Castrejón |
Ambas entrevistadas comentaron
que sí, que ahí viven los elementos de la Guardia Nacional y que entran y salen
en camionetas y camiones, y se pudo observar, detrás del tianguis de
artesanías, sus tiendas de campaña, en medio de la depredación y los destrozos
que dejó el huracán OTIS.
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Foto tomada de la red |
Otro de los argumentos para
retirarlos del lugar, además de la supuesta donación del predio al gobierno
federal, es que a ellos ya no los consideran artesanos, sino comerciantes, informó
Arlette Vargas, quien señaló que les esgrimen que el decreto que dio creación a
la Casa de Cultura advierte que debe ser usada solo para fines culturales:
“Nosotros seguimos siendo
artesanos, además de comerciantes, hay aquí hermanos indígenas que siguen pintando
platos y suvenires y nosotros elaboramos piezas con conchas y caracoles; las
artesanías son cultura popular”, recordó.
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Foto Verónica Castrejón |
La dirigente del Comité de
Artesanos de la Casa de la Cultura del Alto Balsas, María Guadalupe Yépez,
reiteró que no se moverán de ahí, sin antes mantener una mesa de diálogo
con las autoridades, y recalcó que están
a la espera de que el gobierno del estado les haga alguna propuesta o que les
diga algo, “porque no nos han dicho nada, más que nos vayamos, y pues no, así
no, no nos vamos a ir, después de 30 años aquí”.
“Yo no puedo decir qué quiero si
no nos han ofrecido nada”, dijo, y luego al
alimón, ambas, madre e hija, advirtieron que están a la espera de ser
escuchados, antes de que decidan bloquear la calle “porque no queremos molestar
a terceros”.
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Foto Verónica Castrejón |
“Nos dicen que somos comerciantes y que no podemos vender
aquí; somos artesanos y lo podemos probar; y son ellos los primeros que violan el
decreto, aquí vendían hasta micheladas en un mercadito muy bonito que pusieron
y hasta había ropa de segunda; pusieron también un café net y una cafetería,
claro pagaban renta; sabemos que la cultura ha cambiado y no estamos aferrados
a este espacio, pero no tenemos a dónde ir y vamos a defender nuestra fuente de
empleo porque de esto vivimos”, advirtió Arlette Vargas.
Terminó diciendo, “somos
trabajadores, no delincuentes”.