* Seis gobernadores no han podido o no han querido resolver invasión
* En Acapulco hay seis casas y centros
culturales
* Los invasores han destruido instalaciones
y modificado estructuras
* Antes de Otis, la Casa de la Cultura
presentaba problemas de abandono
Carlos Ortiz Moreno
Acapulco; Guerreo, 20 de enero de 2024. A pesar de que en 2010 se
negó el amparo solicitado por un grupo de comerciantes que mantiene una
invasión de instalaciones en la Casa de la Cultura de Acapulco, el gobierno de
Guerrero ha sido negligente para desalojarlos y recuperar ese patrimonio donado
con determinadas condiciones. El huracán Otis casi lo consiguió, pero
recuperaron el sitio y han cercado lo que consideran su territorio. Nadie, ni
siquiera los militares que ahí pernoctan, los pueden molestar.
No han ejecutado un desalojo de
esas instalaciones quienes han sido directores del Instituto Guerrerense de la
Cultura como la crotalista Sonia Amelio y Hubert de la Vega, en el gobierno de
René Juárez Cisneros; Laura Olivia López Victoria López y Nora Elisa Méndez
González, en el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo y Alejandra Frausto
Guerrero, con Ángel Aguirre Rivero.
Fue el segundo secretario de
cultura Arturo Martínez Núñez, designado por Aguirre Rivero y continuó con el
gobernador interino Rogelio Ortega Martínez; otros secretarios del ramo fueron
Alicia Sierra Navarro y Rodolfo Mauricio Leyva Castrejón, con el gobierno de
Héctor Antonio Astudillo Flores y ahora Aída Melina Martínez Rebolledo, con la
morenista Evelyn Cesia Salgado Pineda.
En Acapulco hay seis casas y
centros culturales:
Está el centro cultural y
deportivo del ISSSTE Guerrero, en la unidad habitacional FOVISSSTE; Casa de la
Cultura de la Universidad Autónoma de Guerrero, en Infonavit Alta Progreso,
además del Centro Cultural Rosalba de Olvera, en el fraccionamiento Magallanes.
De acuerdo con el listado oficial
de la Secretaría federal de Cultura y la relación institucional de sitios
culturales del gobierno del Estado, en Guerrero existen 32 casas y centros
culturales, incluidos los lugares ya citados.
Según lo que difunde el propio
gobierno federal, en su página oficial, el objetivo de la Casa de la Cultura de
Acapulco o Centro Cultural Acapulco es realizar tareas concretas de tipo
cultural, plenamente justificadas y sobre todo acorde con la realidad y
necesidades culturales de la población, incluidas en la Ley Estatal de Cultura.
Igualmente se encuentra entre sus
objetivos presentar a la población acapulqueña alternativas que propicien su
creatividad, imaginación, actitud de cambio y la recuperación de su identidad
nacional además de mostrar al turismo las aportaciones guerrerenses a la
cultura nacional.
En suma, debería ser una
institución dedicada al rescate, promoción, difusión de cuestiones artísticas,
culturales y artesanales propias de Acapulco en lo particular y del Estado de
Guerrero en lo general, con el objetivo de fortalecer la identidad nacional a
través de la cultura.
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Esos comerciantes se aferran a
mentiras de que son artesanos y que se encuentran protegidos por un amparo.
Ambas versiones son falsas.
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El pasado 17 de agosto, el
periódico El Sur, había difundido una información relacionada al abandono de
las instalaciones culturales.
En su texto informativo, firmado
por el reportero Óscar Ricardo Muñoz Cano, se criticaba abiertamente que,
mientras el gobierno del Estado — a través de Secultura— presumía la
recuperación de espacios como el Auditorio Sentimientos de la Nación, en Chilpancingo,
Casa Borda en Taxco, o la Casa de Los Vientos en Acapulco –los dos últimos con
el apoyo del gobierno federal–, el Centro Cultural Acapulco se deterioraba de
manera acelerada.
Aunque definía que el problema
involucraba a la administración anterior del priista Héctor Astudillo Flores,
en el actual gobierno morenista no se había dado el mantenimiento necesario.
Al mismo tiempo que se realizaban
actividades, los espacios lucían abandonados, sin aire acondicionado,
filtraciones de agua tras las lluvias, baños sin servicio y taponamiento de
drenajes. En esa ocasión la secretaria de Cultura de Guerrero se había limitado
a responder que “no había manera de atender las necesidades del lugar –el
principal de la ciudad– por falta de presupuesto”.
Según la Secultura, respondiendo
a una serie de solicitudes al Instituto Nacional de Transparencia (INAI), se
invirtieron en esta administración 65 mil pesos para su presunta reapertura (El
Sur, edición del 21 de abril de 2023).
Comparativamente, en junio de
2009 durante el gobierno de Zeferino Torreblanca Galindo, el IGC entregó un
premio al arquitecto José Madrigal García por la elaboración del proyecto
arquitectónico de remodelación del inmueble que ocupa este centro cultural, en
el que se invirtieron cuatro millones de pesos.
En noviembre del 2022, según
aparece en la página oficial del Congreso del Estado de Guerrero, se aprobó un
dictamen de la Comisión de Estudios Constitucionales y Jurídicos por el que se
reforma a la Constitución Política del Estado para establecer el reconocimiento
de la cultura como un derecho humano.
La diputada Angélica Espinoza
García (Morena) dijo que la promoción de los derechos culturales debe hacerse
sin distinción de nacionalidad, origen étnico, religión, lengua o cualquier
otra condición.
Consideró de suma importancia
legislar para lograr un marco jurídico idóneo que promueva el reconocimiento y
garantice mecanismos de acceso a los derechos culturales, que coadyuve a la
democracia y la participación ciudadana sustantiva de los pueblos.
Con esa visión múltiple, se
evitaría que la oficina sea una caja chica como ha venido operando y que una
sola persona de manera caprichosa, desde el gobierno del Estado, ordene
realizar eventos que deberían involucrar a los acapulqueños y al sector turístico
que visita este destino de playa de Guerrero.
La Casa de la Cultura enfrenta
tres problemas:
La invasión de los comerciantes
en sus instalaciones. Tema pendiente por parte del gobierno del estado y
específicamente de la propia Secretaría de Cultura que no ha puesto empeño en
lograr el objetivo.
El otro futuro conflicto es la
anunciada segunda invasión con la construcción de un inmueble para la
Secretaría de la Defensa Nacional. La decisión podría echarse atrás con la
argumentación legal adecuada o bien podría continuarse el plan por una razón de
capricho presidencial.
Ante el presidente Andrés Manuel
López Obrador, a quien se le rindió un informe detallado de los trabajos
realizados tras el impacto del huracán Otis en los dos municipios guerrerenses,
el titular de la Sedena adelantó también que ya se tienen dos terrenos en donde
se construirán unidades habitacionales para el personal de la Guardia Nacional
que apoya en las labores de seguridad.
Otros sitios mencionados en el
anteproyecto presentado ante el presidente de la República son el Centro
Cultural de Acapulco (junto al edificio Oceanic 2000 y el CICI), Hotel
Bugambilia (zona dorada), Parque Papagayo, Cereso Acapulco, Exmódulo de Policía
(Unidad Habitacional San Agustín), la Alberca Costa Dorada (Unidad Habitacional
Luis Donaldo Colosio) y el Parque Ecológico Los Viveristas.
El general Sandoval González
añadió que los predios factibles para la construcción de las unidades
habitacionales para los integrantes de la Guardia Nacional se encontrarían en
Granjas El Marqués, con 460 viviendas, y Playa Diamante, con 120 viviendas.
Aparejado a la destrucción del
fenómeno hidrometeorológico, las instalaciones fueron saqueadas. Se robaron
aparatos de aire acondicionado de tres y dos toneladas de capacidad de
enfriamiento. El material eléctrico también fue removido del sitio
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Las poquísimas despensas de ayuda
que les fueron entregadas no las compró el gobierno del Estado ni siquiera la
Secretaría de Cultura.
Pero no hubo para todos los
trabajadores de Acapulco.
¿Qué pasará con esas
instalaciones culturales?
La moneda está en el aire.