/ Misael Habana de los Santos
Acapulco; Guerrero, a 28 de julio de 2025/Al Tanto Guerrero/.
- Depende desde
dónde se mire. Cómo se le quiera llamar. Yo, por ejemplo, le llamo inmoralidad.
Y en Guerrero la inmoralidad no es novedad, ya es costumbre.
Va desde la clase política hasta nuestras instituciones
educativas, pasando por la vida cotidiana, por cierta prensa que de prensa sólo
tiene el membrete. La inmoralidad se ha vuelto parte de la vida diaria. Como la
humedad. Como el calor. Como la impunidad.
Este fin de semana nos enteramos de una de esas joyitas que
solo se dan en territorio sin ley. En Tecoanapa, tierra de nadie —o de todos
los de siempre: secuestros, extorsiones, asesinatos y silencios cómplices—, un
director de preparatoria, funcionario de la Universidad Autónoma de Guerrero,
decidió que la escuela también podía ser salón de fiestas. Una boda, nada
menos. De su hijo. Y como es tradición, hubo de todo: chelas, whisky, barbacoa,
grupo en vivo, y esa danza de arrastrarse por el piso con el ruido que provocan
los comerciantes del ritmo que en cada baile hacen un ritual de iniciación
repetitivo hasta la náusea.
Todo en las instalaciones públicas de una preparatoria,
pagada con dinero de usted y de mí. En una escuela donde, por norma, eso está
prohibido. Pero, como ya sabemos, en Guerrero las normas se doblan —o se
bailan.
La rectoría de la UAGro reaccionó al ver las imágenes que los
mismos asistentes —niños y adultos— se encargaron de viralizar. Emitió un
comunicado prometiendo una investigación. Bien. Que investiguen. Que sancionen.
Porque también asistió el presidente municipal, Juvenal Poblete, quien con
bombo, platillo y publicación en Facebook escribió:
“Me siento muy contento. El día de hoy tuve la gran fortuna
de celebrar como autoridad de alcalde el matrimonio por el civil de mi ahijado,
José Espinoza López, y su hoy esposa, Diana Laura Chávez Miranda. Siempre
contarán con nuestro respaldo y cariño.”
¿Dónde fue la boda? Pues en la preparatoria de Tecoanapa. En
la Universidad. Y también asistió la coordinadora de la zona sur de la UAGro,
América Gutiérrez, madre de uno de los festejados o promotora de la fiesta, no
queda claro. Lo que sí queda claro es que sabía perfectamente dónde estaba: en
instalaciones universitarias.
Creo —y creo que no soy el único— que ya no debería estar al
frente de esa coordinación. Y veremos si el rector, que dice querer limpiar la
casa, actúa.
Ahora bien, cambiemos de escenario, pero no de tono. Esta
mañana, durante una conferencia con la presidenta municipal de Acapulco,
Abelina López Rodríguez, se habló de Protección Civil y del desastre que han
dejado los huracanes. También de lo que viene. De la prevención. De la
coordinación con el gobierno federal y el estatal. Pero al final, le lancé la
pregunta que nadie ha querido hacer públicamente:
—Presidenta, ¿alguna diputada de Morena, alguna alcaldesa de
su partido, o la propia gobernadora de han solidarizado con usted frente a esta
campaña de guerra sucia, de violencia de género, de ataques clasistas,
racistas, misóginos que ha padecido?
Porque eso es lo que ha ocurrido. Una embestida feroz,
inhumana, sistemática, contra una mujer que, nos guste o no, fue electa
democráticamente y representa a un sector popular. Lo peor: los ataques vienen
desde la izquierda. Desde esa izquierda que presume discurso feminista, que se
llena la boca hablando de sororidad, pero que guarda silencio sepulcral cuando
le toca voltear al espejo.
Y no es una suposición. En el sitio Acapulco Trending un
joven fue prácticamente atrapado in fraganti. En video. Identificado por sus
propias palabras y publicaciones. Pero hay más. Otros portales anónimos, otras
páginas oscuras, financiadas —evidentemente— con recursos públicos. Porque
nadie gasta tanto tiempo, dinero y veneno solo por hobby.
La presidenta, eso sí, evadió. Salió por la tangente. No
quiso responder. Pero la pregunta sigue en el aire:
¿Dónde están las diputadas de Morena? ¿Dónde está la
gobernadora?
Porque si a estas alturas ni siquiera entre ellas se
defienden, entonces estamos ante una izquierda de utilería, de discursos
bonitos y traiciones prácticas. Esa izquierda que da la espalda cuando lo
políticamente correcto choca con los intereses de grupo.
Así estamos en Guerrero. Fiestas en escuelas, guerra sucia en redes y una izquierda muda cuando más se le necesita.