Club de Golf, creado para una sociedad secreta y selecta

Redacción
0

* Con 76 años, el predio forma parte de la historia acapulqueña

* El campo quedó en medio de la expropiación de terrenos de Icacos

* Acapulco, predilecto para despojos disfrazados de expropiación 


Carlos Ortiz Moreno


Acapulco; Guerrero, a 30 de mayo de 2025.-Fundado en 1949 y diseñado por Percy Clifford, reconocido arquitecto que realizó casi una veintena de campos de golf en México, el Club de Golf Acapulco era una esperanza para el desarrollo turístico de la zona y también un paraíso para los integrantes de una cuasi secreta, selecta, celosa y elitista sociedad de golfistas mexicanos, entre ellos políticos de mucho poder.

La superficie del Club de Golf fue parte de las 75 hectáreas expropiadas por el gobierno federal al Ejido de Icacos un 16 de octubre de 1940. A partir de entonces comenzó el desarrollo gradual pero incipiente de esta zona que dio lugar más tarde al surgimiento de los fraccionamientos Club Deportivo y Costa Azul en sus alrededores.


En 1947, el presidente Miguel Alemán Valdés había inaugurado la avenida costera que en esa época se le puso el nombre de Nicolás Bravo. Otros tramos fueron llamados Avenida Caleta, de Caleta a Tlacopanocha; Avenida de la Nao, de Tlacopanocha al hotel Las Hamacas y Paseo de El Morro, de Las Hamacas a la glorieta de La Diana.

Con sus 18 hoyos, el enorme predio se convirtió en una beldad acapulqueña que lució en páginas de aquella histórica Revista Life, publicación icónica estadunidense que revolucionó el periodismo gráfico, ofreciendo una perspectiva única sobre la historia y la cultura popular a través de la fotografía. Acapulco no se escapó de su ojo gráfico periodístico y menos su Club de Golf.


En un costado de aquel extraordinario Club de Golf se yergue majestuoso el famoso Cerro del Molote, conocido por aquellos primeros socios como El Cerrito, donde había pavorreales, patos, codornices, cardenales, pájaros carpinteros, tecolotes, los nativos zanates y familias de venados.

El Club de Golf y sus integrantes vivieron el boom turístico de aquel Acapulco que ya se fue y que no vendrá más. La entonces bautizada como zona Dorada vivió en los sesenta, setenta y ochenta un resplandor único en México que sirvió como un espejo para el surgimiento de otros centros de descanso y de playa.

Durante casi 30 años, el Club de Golf fue uno de los mejores terrenos para jugar un deporte al que solamente tenían acceso unos cuantos que contaban con suficientes recursos para golpear la pelota con un palo y meterlo en los 18 agujeros instalados en partes estratégicas del campo, rodeados de greens y su zona del tee.


En 1973, Miguel Alemán siendo ya expresidente y titular del Consejo Nacional de Turismo logró convencer al presidente Luis Echeverría Álvarez para que Acapulco contara con un centro de convenciones que no había en ninguna parte del país mexicano. La idea surgió para que fuera sede de grandes eventos que le siguieran dando importancia turística a Acapulco.

Y el sitio elegido fueron los terrenos del Club de Golf. Fue partido a la mitad y dividido por una calle a cuyo costado, con una inversión de 50 millones de dólares, vio levantarse —en tan solo cuatro meses— el Centro Cultural de Convenciones y Exposiciones de Acapulco, llamado después Centro Acapulco y finalmente Centro Internacional Acapulco.

El único centro de convenciones del país, diseñado por el arquitecto Pedro Moctezuma, inició operaciones el 25 de octubre de 1973 con la celebración del 42 congreso internacional de la ASTA (American Society of Travel Agency). El boom que tuvo el sitio socavó la cuasi secrecía de un lugar destinado para gente pudiente.


Junto al Club, se desarrolló el famoso Centro Deportivo de Acapulco que, según datos históricos, perteneció al Club Deportivo Chapultepec. Estaba integrado por villas, un restaurante de lujo, alberca semiolímpica y una zona jardinada. Quienes lo disfrutaron formaron parte de esa sociedad selecta mexicana.

Según familiares de aquellos personajes que ahí trabajaron lo describen como un lugar agradable del Acapulco que iba creciendo turísticamente de manera acelerada y sin control alguno. Fue un sitio del Centro Nacional Bancario, operado por Bancomer.

Su declive inició cuando el siguiente presidente de México, José López Portillo, proclamó la nacionalización de la banca y el sitio pasó a ser parte del gobierno federal que ya no supo qué hacer con el centro deportivo quedando en el más cruel de los abandonos.


Aunque la historia oficial del Centro Deportivo Acapulco divaga entre díceres y habladurías, en lo que se refiere a la propiedad, se afirma que el sitio es parte del consorcio turístico Tres Vidas sin que se explique bien y a fondo por qué pasó a ser propiedad privada cuando era del mismo gobierno federal.

El Club de Golf Acapulco, no obstante ser un campo de únicamente 9 hoyos fue uno de los sitios preferidos por la incipiente élite acapulqueña y visitantes nacionales y extranjeros que todavía venían porque fue sede de torneos nacionales e internacionales y llegaron a impartirse clases para que, desde los más pequeños, aprendieran a jugar el elegante deporte.

El Molote fue declarado Zona de Reserva Ecológica y hace una década se convirtió en un sitio al que podían entrar cualquier persona sin necesidad de ser socio.

Hasta antes del impacto devastador del huracán Otis, el 25 de octubre de 2023, se podía disfrutar sus instalaciones con un ambiente familiar, con vista al campo de golf y un recorrido de exactamente 3.36 kilómetros (subida y bajada) convirtiéndose en un sitio ideal para empezar un ejercicio matutino cualquier día de la semana.


En abril de este año, el subsecretario de turismo federal, Sebastián Ramírez Mendoza, anunció que el Club de Golf Acapulco será administrado por el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur) y finiquitará los adeudos que tenía la Asociación Civil por lo que se está en un proceso jurídico.

Hasta hoy el Club de Golf Acapulco era administrado por una Asociación Civil cuyo presidente del patronato es Efrén Leyva Acevedo, quien emprendió una intensa campaña de recuperación de espacios verdes luego de que el huracán “Otis” destruyera el campo y su zona arbolada en un 80 por ciento.


El Club de Golf está dentro del plan federal, junto con el Centro Internacional de Convivencia Infantil (CICI), para que sus espacios sean rehabilitados. Este viernes, oficialmente Fonatur tomará las riendas del sitio.

Publicar un comentario

0Comentarios

Publicar un comentario (0)

#buttons=(¡OK!) #days=(20)

Nuestro sitio usa cookies para mejorar tu experiencia.
Accept !