*En su primer mensaje al mundo, pidió ayuda para construir la
paz
*Es el primer Papa estadounidense
/VERÓNICA CASTREJÓN ROMÁN
Ciudad del Vaticano; Italia; a 8 de mayo de 2025.- “Habemus Papam”, el cardenal francés,
Domique Mamberti pronunció esas palabras y la multitud en la Plaza de San Pedro
desbordó su emoción. El grito de ¡Leone, Leone!, acompañó la presencia del
nuevo Papa León XIV, quien en su primer mensaje pidió al mundo entero ayuda
para “construir puentes con el diálogo, con el encuentro; para ser un solo
pueblo siempre en paz”.
Así con remembranza a palabras dichas por el Papa Francisco,
fallecido apenas el 21 de abril pasado, el cardenal Robert Francis Prevost
quien eligiera nombrarse León XIV durante su pontificado, develó la incógnita,
no será un Papa conservador; su trayectoria lo ubica justo en el punto medio;
es reconocido por su afán misionero y pastoral, conciliador y con compromiso
por la justicia social y que conoce muy de cerca las realidades de América latina.
En su mensaje arengó a los cardenales que lo eligieron, a
pugnar por una iglesia unida, “buscando siempre la paz y la justicia”, una
iglesia misionera “cercana, sobre todo, a los que sufren”.
“Soy un
agustiniano”, les dijo, en mención de la orden de los Agustinos de la que
proviene, y de la grave responsabilidad que siente al asumir su Papado: “Soy
obispo para vosotros, soy cristiano con vosotros”, frase de San Agustín que
implica una obligación, pero también un don. La primera comporta un peligro, la
segunda una salvación:
“Si por un
lado me aterroriza lo que soy para vosotros, por otro me consuela lo que soy
con vosotros”, dice uno de los sermones de San Agustín.
Nacido en Chicago, el 14 de septiembre de 1955, el cardenal
Robert Francis Prevost se convirtió hoy en el primer Papa estadounidense, que,
sin embargo, también tiene la nacionalidad peruana, desde 1985.
Otra vez un pontífice americano y no europeo, dirigirá los
destinos de la iglesia católica de enorme presencia política y social en el
mundo.
Al filo del mediodía romano, después de la fumarola de humo
blanco salido de la Capilla Sixtina, y del repicar de campanas de la Basílica
de San Pedro, el mensaje que miles de fieles y no creyentes esperaban en la
plaza, salió del balcón de esa Basílica: Los 133 cardenales reunidos en el
Cónclave desde el pasado miércoles 7 de mayo, al cuarto intento de elección,
decidieron el nombre de quien los dirigirá, en medio de las turbulencias que
agitan al mundo:
La guerra entre Palestina e Israel, la violencia del crimen
organizado, la desbandada de fieles católicos ante nuevas expectativas
culturales, el reclamo de las mujeres para desempeñar nuevos ministerios en la
iglesia católica, la demanda de la comunidad gay para que se acepten los
matrimonios o uniones entre hombres y entre mujeres, la pobreza estructural en
la mayor parte del mundo que demanda una visión humanista para su atención,
entre otras muchas.
Desde el balcón de la monumental Basílica de San Pedro, el
Sumo Pontífice, León XIV brindó la bendición “Urbi et Orbi”, dirigida a la
ciudad papal, Roma y al mundo entero, que solo los pontífices pueden impartir,
y que se reserva al día de su elección, al Domingo de Resurrección en la
Pascua, y a la fiesta de Navidad, el 25 de diciembre.
El Papa León XIV tiene formación en matemáticas, Teología y
Derecho Canónico, con estudios en Villanova, Chicago y Roma. Su biografía
resalta que vivió una intensa labor pastoral en Perú, especialmente en Trujillo
y Chiclayo en donde fue obispo desde 2014, hasta su traslado, en 2023, a la
curia romana en donde el Papa Francisco lo puso al frente de uno de los cargos
más importantes del Vaticano: el Dicasterio para los Obispos, cargo clave en la
estructura de la iglesia católica porque se en donde se hace la selección de
obispos de todo el mundo.