Ahora me llaman madre buscadora, no es un título que yo elegí

Redacción
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Todos tenemos una madre, pero no todos, la dicha de tener un hij@

/Socorro Gil Guzmán

Me llamo Socorro Gil Guzmán, tengo tres hijos #Jhonatan Guadalupe Romero Gil, María del Socorro y Nadia Haydee.

Actualmente busco a mi hijo #JHONATANGUADALUPEROMEROGIL qué fue detenido y desaparecido por policías municipales en Acapulco, Guerrero el 05 de diciembre del 2018.

Mi vida se hizo pública el día que se llevaron a mi hijo. Desde el primer momento que supe de su detención salí corriendo a buscarlo, jamás me imaginé que en ese momento yo iniciaba un viacrucis.

Empezamos a buscarlo desde las primeras horas. Los primeros días, los primeros tres años solo buscaba acompañada de mis hijas; una iba siempre conmigo, la otra tenía que trabajar para los gastos, pero siempre de la mano una de la otra.


Y así iniciamos, buscando en los cerros, en los arroyos, en terrenos baldíos, en los ríos en las orillas del mar en los contenedores de basura, entre la multitud, entre la nada, en una mirada, en un abrazo, en el llanto, en el dolor.

Y así, nos manifestamos cerrando avenidas como la Costera, marchando, gritando consignas, cerrando el puño, exigiendo justicia y búsqueda por #Jhonatan y por las más de 127 mil personas desaparecidas en nuestro país.

El 7 de mayo del 2022 nace la colectiva “Memoria Verdad y Justicia Acapulco Guerrero” y, desde ese entonces conozco también el dolor de muchas madres más al trabajar de la mano con cada una de ellas. Esto es lo más difícil que me ha tocado hacer.


 Me pidieron que escribiera sobre la maternidad. No sabía ni por dónde empezar.

Hablar o pensar sobre lo que significa ser madre, va más allá de un simple “mamá, ma, mami, madre o jefa” o como tú le quieras llamar.

Cuando yo sentí en mi vientre a mi hijo por primera vez, pensé en muchas cosas; entre ellas, cómo educarlo, cómo cambiaría mi vida. Lo imaginé una y mil veces, cómo seria cuando fuera un adulto.

¡Esperaba tanto el día de su llegada!

También, pensé en la responsabilidad que a partir de ese momento tendría.

No fue difícil parir un hijo.

Yo decidí tenerlo en casa con una partera.

Tampoco fue el dolor más grande que existe como había escuchado decir por ahí, más bien, para mí, fue lo más maravilloso que me estaba pasando: traer a este mundo a un niño sano y complejo.


Tengo tan presente ese 22 de diciembre de 1992 a las 3:00 de la madrugada, cuando la partera puso a mi hijo en mis brazos. Me lo dio bien envuelto, parecía un tamal bien apretado en unos trapos; inmediatamente le quité los trapos y le revisé sus manos y sus pies para constatar que estuvieran completos.

Esa noche que me convertí en madre. Por primera vez conocí la satisfacción más hermosa de mi vida: conocí al amor de mi vida, conocí el verdadero amor, conocí a lo que por primera vez le ponía rienda a mi vida; ese pequeño tenía el poder de cambiarlo todo.

Confieso que no fue fácil cubrir sus gastos por ser madre soltera.

También recuerdo que más de tres matrimonios me lo fueron a pedir para que se los diera en adopción, me decían que era muy joven y sola para criar y educar a un hijo, que no le faltaría nada con ellos.

Yo pensaba una y otra vez, “pero le voy a faltar yo, no estaré ahí para él, cuando él me necesite”.


Me pregunté varias veces “¿por qué creen que les regalaría a mi hijo?, ¿por qué les daría lo que más amo en este mundo?, ¿qué o quién los hizo pensar que les daría a mi pequeño?, si lo amo más que a mi propia vida, no quería ni que el aire le rosara su piel”.

El tiempo empezó a pasar y con él mi hijo a crecer, después vinieron mis hijas; no olvido el día que nacieron mis hijas la güera, como todos la conocen, nació el 2 de mayo de 1994. Nadia Haydee, el 22 de enero de 1996.

Mi hijo fue el más feliz porque ahora tenía dos hermanas, a las que cuidaba y protegía desde muy pequeño.

El tiempo no perdona y empezó a avanzar, cuando los llevaba a la primaria deseaba tanto que el tiempo se detuviera, deseaba que se quedaran pequeños para siempre, aunque toda la vida trabajara día y noche para su manutención, tenía mucho miedo que fueran adultos.

Disfruté tanto ser madre, disfruté cada etapa de su crecimiento, siempre estuve ahí para educarlos, para darles amor, cariño y atención, tanto fue así que en mi segundo embarazo dejé mi carrera de maestra, mi trabajo, para estar con ellos 24/7 los 365 días del año para estar al pendiente, de ellos.

Nunca me arrepentí de tomar esa decisión, los vi crecer, tuve la dicha de consentirlos de complacerlos, de cumplirles, sus antojos, cocinaba para ellos sus comidas favoritas, horneaba ese pastel de naranja que tanto les gustaba y qué decir del dulce de carlota que era el preferido de los tres.

festejábamos cumpleaños, festejábamos Navidad y Año Nuevo y nunca se me pasó un Día del Niño, ni sus cumpleaños.

Y qué decir del 10 de mayo; ese era especial, porque yo también tenía a mi madre y cada año nos íbamos al pueblo a pasar juntos esa fecha, tan importante para la mercadotecnia o para la sociedad, pero era prioridad para mí … hasta antes del 05 de diciembre del 2018.

Desde semanas antes pensaba en el regalo, en qué ropa ponerme, en el viaje...

Disfrutaba junto a mis hijos cada fecha especial....

Y, como les dije, también tengo una madre, y también se acabaron los viajes de 10 de mayo, las reuniones con mis hermanos, los regalos y hasta las llamadas que yo le hacía a diario.

Se acabaron las fechas especiales, se acabó la felicidad y la dicha de esas reuniones en familia.

Nada es y nada volverá a ser igual después de conocer el dolor más grande de no saber dónde está mi hijo.

Acapulco; Guerrero, a 10 de mayo de 2025.


Semblanza: Mi nombre es Socorro Gil Guzmán nací el 26/06/74, en un pueblo muy pequeño de un municipio de Ayutla de los libres Guerrero.

Fui la 5ª hija de 11 hermanos. Al terminar la secundaria a los 15 años; a ,los 16 años estudiaba y trabajaba y me ofrecieron una plaza de educadora en un kínder, en donde trabajé con gusto. Estudié corte y confección y tuve un taller de costura, y me dediqué después a vender joyería de plata. Tuve tres hijos, primero a #Jhonatan y después, dos hijas más, hoy profesionistas. Desde los 20 años decidí dejar mi plaza como educadora para dedicarme completo a mis hijos. A mis 44 años mi hija pequeña se graduó en la Universidad Autónoma de Guerrero el 13 de octubre del 2018. Creí que el destino y la vida estaban de mi lado, todo estaba perfecto: tres hijos profesionistas y pensaba en un futuro brillante y prometedor. Pero el 5 de diciembre de ese mismo año, la vida nos cambió por completo, dejé los negocios, mi trabajo y mi hogar.

Ahora me llaman MADRE BUSCADORA.

No es un título que yo elegí y tampoco me siento orgullosa por eso.

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